Llevo 30 años veraneando en Matalascañas. Desde entonces he visto como la captura de la coquina ha ido cambiando. Al principio, debajo de casa había coquineros con sus rastrillos que las capturaban y luego cribaban las capturas para soltar a las crías, de vez en cuando escuchaba algo sobre unas toxinas que impedía su captura.
Entonces cuando desaparecían los coquineros comenzaba a aparecer la gente con sus pies removiendo la arena y el cubito del niño para recoger su “trofeo”. Algunos, los más vagos, directamente iban a las montañas de descarte que dejan algunos coquineros y recogían las que ellos habían dejado por ser demasiado pequeñas.
Hasta ahí, a mí me parecía normal, pero uno crece, se forma y se informa. Con el paso del tiempo la actividad de la capturas de coquinas se regula, como cualquier otro aprovechamiento natural, más si estamos en una espacio protegido como en el que vivimos. A los coquineros se les exigen ciertas pautas y se le imponen ciertas vedas, las derivadas del ciclo de vida de este animal y las provocadas por la acumulación de toxinas DSP que pueden afectar a la salud humana. (https://es.m.wikipedia.org/wiki/%C3%81cido_okadaico)
Pero la gente, 30 años después, sigue y sigue cogiendo coquinas para uso personal.
A mi, personalmente, me pone muy triste que esa actitud no haya cambiado nada en estos 30 años, si antes eran los padres los que las capturaban ahora son sus hijos y nietos los que practican esta “CAPTURA ILEGAL” y todos tan contentos.
Vengo de una familia de cazadores, yo no lo soy, de esos cazadores que respetan el medio ya que saben que hay que cuidarlo si quieres disfrutarlo, tanto es así que a veces abría el frigorífico en busca de fiambre para un bocadillo y lo que encontraba era una tabla repleta de vacunas para las enfermedades de los conejos. Por cosas como esta, es que nunca me ha gustado la caza furtiva y me parece que la sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de erradicar la caza furtiva.
Pues bien, todas esas personas que están recogiendo coquinas cada vez que hay una marea baja removiendo la arena con sus pies, también son FURTIVOS, están esquilmando un recurso natural, que bien gestionado da de comer a muchas familias. Así que no sólo están haciendo daño al medio ambiente sino que también lo hacen a la sociedad.
Por todo ello, cuando voy a la playa, y es igual la que sea ( Matalascañas, Doñana, Maneli, Rompeculos, Mazagon, Punta Umbría...) y veo esa estampa de gente recogiendo coquinas, me invade un sentimiento de IMPOTENCIA Y VERGÜENZA AJENA, por todas aquellas personas que están comentiendo una ilegalidad de la que además se jactan exhibiendo sus capturas ilegales por doquier.
VERGÜENZA.
